domingo, 14 de junio de 2015

Capítulo 36



No me enteré muy bien del resto de la fiesta ni de cuándo llegué a casa. A la mañana siguiente, un tremendo dolor surgió en mi cabeza, era terrible y sólo quería estar con los ojos cerrados. Pero era madre y tenía que ir a recoger a Aubree a casa de Lori, quien ya se preguntaría dónde estaba.

-Disculpa Lori, por llegar tarde – dije intentando poner buena cara.
-No te preocupes, estábamos genial, de hecho pensé que habrías decidido no venir a por ella porque de todas formas me la ibas a traer a la tarde de nuevo…
-Ah, bueno, no quería molestarte más, ya bastante haces quedándote con ella dos noches.
-No me importa, de verdad, ella me da mucha vida. Ya sabes, la gente mayor necesita conmpañía.
-Entiendo, bueno, si quieres entonces quédate con ella hasta mañana. Déjeme darle un beso antes de irme, ¿vale?
-Sí, sí, está en el parquecito.

Una vez estuve con Aubree unos minutos, volví a casa para tumbarme en el sofá. Alice se había levantado y estaba en la cocina comiendo de todo al parecer, porque olía a una mezcla bastante rara.

-¿Qué demonios estás comiendo? – pregunté con una mueca.
-Pues he hecho una pizza y le he echado por encima chocolate derretido.
-¡Por dios! ¿Cómo puedes comer esa mezcla?
-No lo sé, simplemente me ha apetecido, no es que suela comerlo, jajaja.
-Pues si yo comiera eso, vomitaría ahora mismo.
-Mira, tengo un trozo de pizza que he cortado antes de echar el chocolate para ti, por si querías – me ofreció Alice.
-Bueno, dámelo. Oye, ¿cómo llegamos a casa anoche? No recuerdo el último tramo de la fiesta ni nada posterior.
-Pues…el final de la fiesta fue tranquila, tú te quedaste hablanco con Julie en un sofá y poco después nos fuimos en taxi a casa – me explicó Alice.
-Vale, al menos no fue tan desastroso como el resto de la fiesta.
-¿Lo dices por tu lío con Evan Turner?
-Exacto.
-Jajaja, fue fantástico tía, la gente se quedó súper pasmada, es un soltero de oro, y cuando digo de oro quiero decir mucho, ya sabes.
-Sí, pero al principio ni siquiera sabía que era él, fue pura casualidad, después ya me dio igual sabes, pero en realidad me siento mal, trabajo para su familia, fue un tremendo error. Espero que sus padres no se enteren y me despidan.
-Oye, ¿por qué te iban a despedir? Érais adultos en una fiesta, es normal lo que hicísteis.
-Pero no es sólo eso, es que trabajo para ellos, y creo que armarían una buena si se enterasen.
-Bueno, por ahora no pasa nada, ha sido sólo un lío, déjalo pasar – dijo Alice.
-El problema es Evan, no sé si pensará como yo, pero espero que sí.

Aquella noche, cuando fuimos a ver el maratón de películas de terror en el antiguo auditorio, teníamos aún resaca de la noche anterior, pero aún así, Leslie, Julia, Alice y yo nos cogimos unos vasos enormes con cerveza.
Dentro del destartalado auditorio, nos sentamos en el suelo junto con gente que no conocíamos, aquello parecía algo clandestino que sólo los más privilegiados tenían oportunidad de asistir.
Aquel lugar, en su día, había sido realmente bonito, altos techos abovedados, columnas de marfil y un gran escenario de madera con lienzos dorados.

-¿Qué películas van a poner? – pregunté a las chicas.
-Pues…Halloween, Pesadilla en Elm Street, Viernes 13…ya sabes, las clásicas – dijo Leslie.
-El año pasado, una chica vomitó con la película de Pesadilla en Elm Street 2, cuando Freddy muestra su cerebro, fue bastante gracioso, jajaja – dijo Julia.
-¿Qué?
-No te preocupes, es que hay gente que no vale para estas cosas – dijo Alice.

En realidad, no sé si yo lo podría aguantar, pero aún así me quedé allí sentada como si no hubiera escuchado aquella historia. Pronto las luces se atenuaron hasta apagarse y comenzó el maratón.
Sobre la mitad de la película, noté que detrás de mí había un revuelo, como de gente moviéndose, asíque miré hacia atrás para decirles que tuvieran cuidado cuando vi a Evan allí tras de mí.

-¿Qué demonios haces aquí? – le dije enfadada.
-Pues lo mismo que tú, he venido a la maratón.
-¿Detrás de mí?
-Oye, que estos de aquí también son mis amigos.
-Ah…
-Bueno, qué, ¿te gusta la película, preciosa? – me preguntó Evan con una sonrisa.
-Sí, no está mal, pero deja de llamarme preciosa.
-Es que lo eres, ¿cómo quieres que no te lo diga? Eres muy guapa.
-Voy a seguir viendo la película – dije de nuevo enfadada.

Esto era increíble, dos noches, dos sitios distintos y dos veces que me encontraba con Evan, ¿qué demonios ocurría? No podía dejar que sucediera nada más con él, no porque no me gustase, que sí, pero su familia…no era buena idea.
Tras acabar la primera película, fui al baño, porque me acabé el vaso entero de cerveza. Pero a la salia del baño, Evan estaba allí esperando apoyado en la pared.

-Hola, esperaba verte a solas – dijo Evan.
-Mira Evan, te lo diré muy claro. No podemos hacer nada más de lo que hicimos ayer, ¿queda claro? Sólo tendré relación contigo como empleada de tu familia, nada más.
-Sabes que no quieres eso, quieres más.
-Da igual lo que yo quiera, eso está mal. Además, soy mayor que tú y tengo una hija, ¿no has pensado en eso?
-La verdad que no, sólo sé que me gustas mucho y que quiero estar contigo.
-No hay remedio eh. Evan…de verdad, no puede haber nada… - iba diciendo pero Evan se lanzó sobre mí y me besó.

Había sido justo como lo había pensado. Sabía que aquello estaba mal, pero por otro lado me apetecía mucho. Había sufrido bastante y quería olvidar, al menos parte del dolor.
Al final terminamos enrollándonos durante la siguiente película que proyectaban. Después, en la tercera, volvimos donde estaba todo el mundo, aunque ninguna de mis amigas se percató de que había faltado tanto tiempo.
Cinco películas después, pudimos irnos en taxi cada una a su casa, muertas de sueño.

Al día siguiente, fui a recoger a Aubree enseguida, ya que al menos no tenía resaca. Se la notaba muy contenta y risueña, cosa que me alegró el día. No quería pensar en Evan, pero no dejaba de venirme a la mente las veces que nos habíamos liado. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado?
El lunes llegó inusualmente rápido, y me lo tomé con mucho nerviosismo, más que nada por saber si los Turner se habían enterado de algo, ya no por Evan, sino por Nikolai.
Pero una vez allí en la casa, todo parecía normal, hice el desayuno, comieron y los llevé a cada uno a su lugar.
Nikolai, sin embargo, estaba más callado de lo habitual, y eso sí que era decir, ya que casi nunca hablaba.

-¿Te ocurre algo? – le pregunté.
-No especialmente.
-¿Qué clase de respuesta es esa?
-Una para hacerte saber que no quiero hablar.
-Ah, lo siento entonces…- dije un poco confundida.
-Bueno, si quieres saber, me pareció fatal que te liaras con Evan en la fiesta, pero aún más que lo hicieras en el auditorio.
-¿Cómo sabes…? Ah…le acompañaste, como siempre.
-Exacto.
-Oye, no es que lo planee, ¿vale? Es que Evan me busca y yo intento que no pase nada pero al final…
-Es un crío, Claire, además trabajas para su familia, ¿no ves que está mal?
-Sí lo sé, sé todo lo que me dices, pero es que…no lo podía evitar – dije sintiéndome muy mal.
-Aparte de que esté mal, ¿te has planteado qué futuro tendríais?
-Pues no…
-Tiene tres años menos, aún estudia, y la verdad, es un poco…bueno, no te diré cómo es él, pero ten en cuenta todo antes de embarcarte con él en una relación.

Las palabras de Nikolai me sentaron un poco mal, pero sabía que tenía razón. El problema era que no podía frenar esa oleada de sentimientos que me abordaban cuando Evan estaba cerca, ¿por qué me pasaba eso?  No sabía qué podía hacer…había intentado alejarme pero me resultaba imposible.
De vuelta a casa, me dispuse a hacer los quehaceres pero vi algo en la habitación de Evan que me sorprendió bastante. Eran un par de fotos mías haciendo el desayuno y un papel que estaba repleto de “te quiero Claire” por todos lados. Aquello me impactó bastante, ¿cómo podía ser que me quisiera si apenas me conocía? Aunque por otro lado, era reconfortante saber que alguien te quisiera, era como cuando volvías al instituto, esos amores adolescentes.
Sentía un tremendo lío dentro de mí que no sabía explicar, pero tenía que hacerlo y tenía que hablar con Evan cuanto antes porque esto no podía seguir así.
Después de hacer la comida, ir a recoger a Rose y Evan y dejar que comieran, cogí a Evan del brazo sin que su hermana se diera cuenta para poder hablar, aunque estaba claro que Nikolai sí sabía lo que había hecho, ya que estaba pendiente las veinticuatro horas.

-¿Quieres que nos liemos en el cuarto de la limpieza y por eso me traes a escondidas? – dijo Evan sonriente y en tono seductor.
-No, nada de eso. Quiero saber qué significa esto – y le saqué mis fotos junto con el papel que encontré en su habitación.
-Bueno, está bastante claro, ¿no? Me encantas, me gustas, te quiero.
-¿Cómo me puedes querer si apenas me conoces?
-Pues por la forma en la que eres con nosotros y la forma en que querías ayudarme a volver con aquella chica, creo que buena persona se te queda corto y quiero a alguien así en mi vida.
-¿Has pensado bien en todo esto? ¿Crees que podríamos tener un futuro juntos? Tengo una hija, tienes tres años menos que yo y…no sé si seguiré en esta ciudad el mes que viene.
-¿Quieres irte? – me preguntó frunciendo el ceño.
-No, aún no, acabo de llegar. Pero lo que quiero hacerte ver es que es una mala idea esto que estás empezando. Deberías buscarte una chica de la universidad con la que encajes bien y no tengas problemas a la hora de estar con ella.
-Pero es que yo no veo ningún problema en estar contigo, ¿sabes? Eres preciosa y me encantas, es lo único que sé.
-Tienes que valorar más cosas, ¿entiendes? No sé… - dije ya sin más argumentos.
-Mira Claire, por la manera en que quieres solucionar esto, me da a entender que sientes algo por mí y que quieres zanjarlo cuanto antes, asíque, ¿sientes algo?
-Eso creo.
-Pues fenomenal, lo llevaremos todo con cuidado, mis padres no se enterarán si es eso lo que te preocupa. Iré introduciéndoles que eres maravillosa para que te miren con otros ojos para que, cuando llegue el momento, poder decirles que estamos juntos.
-Uff…no sé, no sé… - dije indecisa.
-Venga, sabes que quieres – dijo mientras me besaba en la mejilla y el cuello – y yo también quiero – volvió a darme otro beso, pero esta vez en la boca – será genial.
-Está bien, de acuerdo – dije por fin dándole un dulce beso agarrándole por el cuello apasionadamente.

Aquel beso fue el primero que me daba con Evan en plan realmente consciente de lo que hacía y de lo que quería, y la verdad que me gustó muchísimo.  
El resto de la jornada laboral fue bastante mejor, y seguramente fuese porque tenía la tonta ilusión de ver por la casa a Evan y darnos un beso a escondidas en cualquier rincón.
De vuelta a casa en metro fui con una sonrisa, andaba pensando en otras cosas y me confundí de calle. Tenía que dar un buen rodeo para llegar de nuevo al camino correcto. Entonces, al girar en una esquina, me vi en un callejón sin salida y cuando me quise dar la vuelta, dos hombres me cortaron el paso.

-Vaya, vaya… ¿Qué hace una muñeca tan guapa en este lugar tan solitario? – preguntó uno de los hombres.
-Lo siento, me he confundido de calle, voy a volver por ahí… - dije asustada.
-Creo que no. Danos el bolso – dijo el otro hombre.
-Sí, aquí tenéis.

Cuando les di el bolso, uno de ellos se me acercó y empezó a olerme el pelo y a acariciarme por la cintura.
-Por favor, dejen que me vaya – volví a decir asustada.
-No, no podemos. Ya nos has visto la cara asíque, no podrás volver.

Fue entonces cuando me dieron un golpe en la cara y me caí al suelo inconsciente, pero no sin antes ver cómo otro hombre llegaba y se peleaba con uno de los ladrones que estaba más lejos de mí.
Cuando desperté, vi una luz blanca y escuché voces de fondo, no sabía dónde estaba pero sí que me habían atracado. Al enfocar bien los ojos pude ver la figura de Nikolai, de pie a mi lado, y yo me encontraba tumbada en una cama de hospital.

-Por fin, pensaba que no ibas a despertar, me he llevado un gran susto – dijo Nikolai suspirando.
-¿Qué ha pasado? Unos tipos querían robarme pero después no me dejaban irme, me pegaron y…dios mío, ¿me han violado?
-No, sólo te has llevado un golpe en la cabeza, por lo demás estás bien.
-¿Por qué no acabaron su trabajo? Es que lo tengo un poco borroso, pero creo que vi a una tercera persona pelear con ellos.
-Sí, fui yo – confesó Nikolai.
-¿Fuiste tú? ¿Cómo? ¿Cómo sabías que estaba en peligro?
-Pues, la familia Turner estaba en casa y decidí acompañarte con el coche hasta tu casa. Vi en tu expediente que vives en Fulham asíque calculé la parada de metro por la que saldrías. Menos mal que estaba allí, sino no quiero saber qué te habrían hecho.
-¿Me seguiste? – pregunté incrédula.
-Sí, pero no en plan acosador, sino para ver que llegabas bien a casa.
-Caray, entonces te debo dar las gracias y mucho, muchas gracias por evitar que acabase en la morgue, de verdad – le dije cariñosamente sonriendo.
-De nada, pero fue una suerte que justo el día que te vigilo te pase esto, deberías tener más cuidado, ir a clases de defensa o dejar que te lleve a casa.
-No tienes por qué molestarte. Mi barrio es bastante bueno en cuanto a la delincuencia, fue sólo que me equivoqué de camino, no volverá a pasar.
-Pero yo me sentiría más tranquilo si hicieras algo de lo que te he propuesto, en serio.
-Está bien…miraré a ver unas clases de defensa de esas un día de estos – dije un poco pasota.
-Tengo una idea, será mejor que yo te dé esas clases, así sabré lo que aprendes realmente y si puedes defenderte por ti misma. Hasta entonces, te llevaré en coche a casa – dijo sin posibilidad de que pudiera cambiar de opinión.
-De acuerdo, me darás esas clases. Oye, ¿cuándo podré salir de aquí? Tengo que ir a recoger a mi hija.
-Ya llamé a tu compañera de piso, ella se ha encargado de Aubree, está bien.
-Buf, menos mal.
-El médico dijo que iba a pasar en un momento para ver qué tal te encontrabas, asíque no creo que tarde mucho en darte el alta – dijo Nikolai ya poniendo su pose firme e implacable.

Después de saber todo lo que había pasado me quedé más tranquila, dentro de lo malo, todo había salido bien gracias a Nikolai. Se había portado maravillosamente preocupándose por mí y esperaba agradecérselo algún día mucho mejor que con un simple gracias, quizás estaría bien que le preparase su comida favorita un día de estos.
Una vez pasó el médico y me examinó, pude irme con el alta. Le volví a dar las gracias a Nikolai y regresé a casa sola, ya que al menos era de día.

-¿Estás bien? Un tal Nikolai me dijo que recogiera a Aubree porque habías tenido un altercado con unos ladrones – dijo Alice asustada.
-Sí, sí, al final no pasó a mayores, suerte que él estaba por allí y pudo salvarme.
-¿En serio? ¿En plan rescate de película?
-Pues no lo sé, me quedé inconsciente, pero creo que se peleó con ellos, sí.
-¡Caray! Ese tío debe ser súper interesante.
-No le conozco mucho, no es que hablé mucho de su vida, pero creo que sí que podría ser interesante – dije sonriendo.
-Por cierto, han llamado los Turner, dicen que hoy puedes llegar tarde al trabajo por lo que ha pasado pero que vayas en cuanto puedas.
-De acuerdo.

Por fin cogí a Aubree en brazos, ya que llevaba un día sin ella. La verdad que pensaba que los Turner me dejarían libre el día de hoy por lo ocurrido, pero estaba claro que no podían valerse por sí mismos. Dejé a Aubree con Alice, ya que era su día libre y podía cuidar de ella y me fui de nuevo a trabajar.
Ya en el trabajo, vi que nadie de la familia estaba en casa, asíque supuse que Nikolai los había llevado en coche a sus compromisos. Así pues, me dispuse a limpiar y a hacer la comida durante toda la mañana.
Nikolai apareció en la cocina justo a la hora para ir a recoger a Evan y Rose con una bolsa de deporte.

-Claire, después de comer te vendrás conmigo al gimnasio y empezaremos tu primera clase de defensa personal.
-¿Ya empezamos hoy?
-Sí, cuanto antes mejor.
-De acuerdo, me quedaré después de comer. Ve a por los chicos que la comida está casi lista – dije mientras metía en el horno unos macarrones con queso.

Cuando Nikolai estuvo de vuelta, Evan me cogió del brazo y me llevó a su habitación apresuradamente.

-¿Estás bien? ¿Cómo te encuentras? – dijo preocupado y tocándome los brazos y la cara por si veía algún golpe.
-Sí, estoy perfectamente, gracias.
-Qué susto me llevé cuando mi madre nos dijo esta mañana que te habían atracado y que habías estado en el hospital.
-Bueno, eso parece más de lo que pasó en realidad, sólo me dieron un golpe y me quedé inconsciente, no hubo más daño – dije quitándole hierro al asunto.
-Por dios, si te hubiera pasado algo… - dijo Evan mientras me abrazaba y me besaba apasionadamente.
-Ya, pero afortunadamente ahí estaba Nikolai para salvarme, todo ha salido bien – dije con una sonrisa al ver que Evan se había preocupado tanto por mí.
-¿Nikolai? ¿Y qué hacía él justo donde te atracaron? – dijo frunciendo el ceño.
-Quería saber que llegaba bien a casa, asíque tuve suerte de que estuviera por allí.
-¿No te parece un poco extraño que justo estuviera ahí cuando te atracan?
-¿Estás insinuando que él ha tenido algo que ver con el ataque? – dije incrédula.
-Bueno, es sospechoso, aunque creo que Nikolai es de fiar.
-Eso está mejor, no digas más tonterías.
-Ay…es que he estado con una angustia… ¿Qué te parece si después de comer nos vamos a tomar algo? – me dijo Evan ya más tranquilo.
-Pues…es que me he apuntado a unas clases de defensa personal, y empiezo hoy. Ya sabes, por si acaso.
-Oh…vale, pues entonces, ¿cuándo acabes de esa clase?
-Bueno, pero sólo una hora, porque he de recoger a Aubree, que últimamente paso poco tiempo con ella.
-Debería conocer yo a Aubree – dijo sonriendo Evan.
-¿Quieres conocer a mi hija?
-Ya que estamos juntos es lo que se debe hacer, para que se vaya acostumbrando a mí.
-¿Acostumbrando?
-Claro, si vamos a estar juntos siempre será mejor que me vea como un segundo papá.
-¿Así que vamos a estar siempre juntos? – comenté con una sonrisa mordiéndome el labio.
-Por supuesto, eres un angel, eres mi princesa, eres preciosa, ¿cómo no iba a querer estar contigo el resto de mi vida?
-Vale, vale, no lo pongo en duda. Te presentaré a Aubree un día de estos.