No me enteré muy bien del resto de la
fiesta ni de cuándo llegué a casa. A la mañana siguiente, un tremendo dolor
surgió en mi cabeza, era terrible y sólo quería estar con los ojos cerrados.
Pero era madre y tenía que ir a recoger a Aubree a casa de Lori, quien ya se
preguntaría dónde estaba.
-Disculpa Lori, por llegar tarde – dije
intentando poner buena cara.
-No te preocupes, estábamos genial, de
hecho pensé que habrías decidido no venir a por ella porque de todas formas me
la ibas a traer a la tarde de nuevo…
-Ah, bueno, no quería molestarte más, ya
bastante haces quedándote con ella dos noches.
-No me importa, de verdad, ella me da mucha
vida. Ya sabes, la gente mayor necesita conmpañía.
-Entiendo, bueno, si quieres entonces
quédate con ella hasta mañana. Déjeme darle un beso antes de irme, ¿vale?
-Sí, sí, está en el parquecito.
Una vez estuve con Aubree unos minutos,
volví a casa para tumbarme en el sofá. Alice se había levantado y estaba en la
cocina comiendo de todo al parecer, porque olía a una mezcla bastante rara.
-¿Qué demonios estás comiendo? – pregunté
con una mueca.
-Pues he hecho una pizza y le he echado por
encima chocolate derretido.
-¡Por dios! ¿Cómo puedes comer esa mezcla?
-No lo sé, simplemente me ha apetecido, no
es que suela comerlo, jajaja.
-Pues si yo comiera eso, vomitaría ahora
mismo.
-Mira, tengo un trozo de pizza que he
cortado antes de echar el chocolate para ti, por si querías – me ofreció Alice.
-Bueno, dámelo. Oye, ¿cómo llegamos a casa
anoche? No recuerdo el último tramo de la fiesta ni nada posterior.
-Pues…el final de la fiesta fue tranquila,
tú te quedaste hablanco con Julie en un sofá y poco después nos fuimos en taxi
a casa – me explicó Alice.
-Vale, al menos no fue tan desastroso como
el resto de la fiesta.
-¿Lo dices por tu lío con Evan Turner?
-Exacto.
-Jajaja, fue fantástico tía, la gente se
quedó súper pasmada, es un soltero de oro, y cuando digo de oro quiero decir
mucho, ya sabes.
-Sí, pero al principio ni siquiera sabía
que era él, fue pura casualidad, después ya me dio igual sabes, pero en
realidad me siento mal, trabajo para su familia, fue un tremendo error. Espero
que sus padres no se enteren y me despidan.
-Oye, ¿por qué te iban a despedir? Érais
adultos en una fiesta, es normal lo que hicísteis.
-Pero no es sólo eso, es que trabajo para
ellos, y creo que armarían una buena si se enterasen.
-Bueno, por ahora no pasa nada, ha sido
sólo un lío, déjalo pasar – dijo Alice.
-El problema es Evan, no sé si pensará como
yo, pero espero que sí.
Aquella noche, cuando fuimos a ver el
maratón de películas de terror en el antiguo auditorio, teníamos aún resaca de
la noche anterior, pero aún así, Leslie, Julia, Alice y yo nos cogimos unos
vasos enormes con cerveza.
Dentro del destartalado auditorio, nos
sentamos en el suelo junto con gente que no conocíamos, aquello parecía algo
clandestino que sólo los más privilegiados tenían oportunidad de asistir.
Aquel lugar, en su día, había sido
realmente bonito, altos techos abovedados, columnas de marfil y un gran
escenario de madera con lienzos dorados.
-¿Qué películas van a poner? – pregunté a
las chicas.
-Pues…Halloween, Pesadilla en Elm Street,
Viernes 13…ya sabes, las clásicas – dijo Leslie.
-El año pasado, una chica vomitó con la
película de Pesadilla en Elm Street 2, cuando Freddy muestra su cerebro, fue
bastante gracioso, jajaja – dijo Julia.
-¿Qué?
-No te preocupes, es que hay gente que no
vale para estas cosas – dijo Alice.
En realidad, no sé si yo lo podría
aguantar, pero aún así me quedé allí sentada como si no hubiera escuchado
aquella historia. Pronto las luces se atenuaron hasta apagarse y comenzó el
maratón.
Sobre la mitad de la película, noté que
detrás de mí había un revuelo, como de gente moviéndose, asíque miré hacia
atrás para decirles que tuvieran cuidado cuando vi a Evan allí tras de mí.
-¿Qué demonios haces aquí? – le dije
enfadada.
-Pues lo mismo que tú, he venido a la
maratón.
-¿Detrás de mí?
-Oye, que estos de aquí también son mis
amigos.
-Ah…
-Bueno, qué, ¿te gusta la película,
preciosa? – me preguntó Evan con una sonrisa.
-Sí, no está mal, pero deja de llamarme
preciosa.
-Es que lo eres, ¿cómo quieres que no te lo
diga? Eres muy guapa.
-Voy a seguir viendo la película – dije de
nuevo enfadada.
Esto era increíble, dos noches, dos sitios
distintos y dos veces que me encontraba con Evan, ¿qué demonios ocurría? No
podía dejar que sucediera nada más con él, no porque no me gustase, que sí,
pero su familia…no era buena idea.
Tras acabar la primera película, fui al
baño, porque me acabé el vaso entero de cerveza. Pero a la salia del baño, Evan
estaba allí esperando apoyado en la pared.
-Hola, esperaba verte a solas – dijo Evan.
-Mira Evan, te lo diré muy claro. No
podemos hacer nada más de lo que hicimos ayer, ¿queda claro? Sólo tendré
relación contigo como empleada de tu familia, nada más.
-Sabes que no quieres eso, quieres más.
-Da igual lo que yo quiera, eso está mal.
Además, soy mayor que tú y tengo una hija, ¿no has pensado en eso?
-La verdad que no, sólo sé que me gustas
mucho y que quiero estar contigo.
-No hay remedio eh. Evan…de verdad, no
puede haber nada… - iba diciendo pero Evan se lanzó sobre mí y me besó.
Había sido justo como lo había pensado.
Sabía que aquello estaba mal, pero por otro lado me apetecía mucho. Había
sufrido bastante y quería olvidar, al menos parte del dolor.
Al final terminamos enrollándonos durante
la siguiente película que proyectaban. Después, en la tercera, volvimos donde
estaba todo el mundo, aunque ninguna de mis amigas se percató de que había
faltado tanto tiempo.
Cinco películas después, pudimos irnos en
taxi cada una a su casa, muertas de sueño.
Al día siguiente, fui a recoger a Aubree
enseguida, ya que al menos no tenía resaca. Se la notaba muy contenta y
risueña, cosa que me alegró el día. No quería pensar en Evan, pero no dejaba de
venirme a la mente las veces que nos habíamos liado. ¿Por qué tenía que ser
todo tan complicado?
El lunes llegó inusualmente rápido, y me lo
tomé con mucho nerviosismo, más que nada por saber si los Turner se habían
enterado de algo, ya no por Evan, sino por Nikolai.
Pero una vez allí en la casa, todo parecía
normal, hice el desayuno, comieron y los llevé a cada uno a su lugar.
Nikolai, sin embargo, estaba más callado de
lo habitual, y eso sí que era decir, ya que casi nunca hablaba.
-¿Te ocurre algo? – le pregunté.
-No especialmente.
-¿Qué clase de respuesta es esa?
-Una para hacerte saber que no quiero
hablar.
-Ah, lo siento entonces…- dije un poco
confundida.
-Bueno, si quieres saber, me pareció fatal
que te liaras con Evan en la fiesta, pero aún más que lo hicieras en el
auditorio.
-¿Cómo sabes…? Ah…le acompañaste, como
siempre.
-Exacto.
-Oye, no es que lo planee, ¿vale? Es que Evan
me busca y yo intento que no pase nada pero al final…
-Es un crío, Claire, además trabajas para
su familia, ¿no ves que está mal?
-Sí lo sé, sé todo lo que me dices, pero es
que…no lo podía evitar – dije sintiéndome muy mal.
-Aparte de que esté mal, ¿te has planteado
qué futuro tendríais?
-Pues no…
-Tiene tres años menos, aún estudia, y la
verdad, es un poco…bueno, no te diré cómo es él, pero ten en cuenta todo antes
de embarcarte con él en una relación.
Las palabras de Nikolai me sentaron un poco
mal, pero sabía que tenía razón. El problema era que no podía frenar esa oleada
de sentimientos que me abordaban cuando Evan estaba cerca, ¿por qué me pasaba
eso? No sabía qué podía hacer…había
intentado alejarme pero me resultaba imposible.
De vuelta a casa, me dispuse a hacer los
quehaceres pero vi algo en la habitación de Evan que me sorprendió bastante.
Eran un par de fotos mías haciendo el desayuno y un papel que estaba repleto de
“te quiero Claire” por todos lados. Aquello me impactó bastante, ¿cómo podía
ser que me quisiera si apenas me conocía? Aunque por otro lado, era
reconfortante saber que alguien te quisiera, era como cuando volvías al
instituto, esos amores adolescentes.
Sentía un tremendo lío dentro de mí que no
sabía explicar, pero tenía que hacerlo y tenía que hablar con Evan cuanto antes
porque esto no podía seguir así.
Después de hacer la comida, ir a recoger a
Rose y Evan y dejar que comieran, cogí a Evan del brazo sin que su hermana se
diera cuenta para poder hablar, aunque estaba claro que Nikolai sí sabía lo que
había hecho, ya que estaba pendiente las veinticuatro horas.
-¿Quieres que nos liemos en el cuarto de la
limpieza y por eso me traes a escondidas? – dijo Evan sonriente y en tono
seductor.
-No, nada de eso. Quiero saber qué significa
esto – y le saqué mis fotos junto con el papel que encontré en su habitación.
-Bueno, está bastante claro, ¿no? Me
encantas, me gustas, te quiero.
-¿Cómo me puedes querer si apenas me
conoces?
-Pues por la forma en la que eres con
nosotros y la forma en que querías ayudarme a volver con aquella chica, creo
que buena persona se te queda corto y quiero a alguien así en mi vida.
-¿Has pensado bien en todo esto? ¿Crees que
podríamos tener un futuro juntos? Tengo una hija, tienes tres años menos que yo
y…no sé si seguiré en esta ciudad el mes que viene.
-¿Quieres irte? – me preguntó frunciendo el
ceño.
-No, aún no, acabo de llegar. Pero lo que
quiero hacerte ver es que es una mala idea esto que estás empezando. Deberías
buscarte una chica de la universidad con la que encajes bien y no tengas
problemas a la hora de estar con ella.
-Pero es que yo no veo ningún problema en
estar contigo, ¿sabes? Eres preciosa y me encantas, es lo único que sé.
-Tienes que valorar más cosas, ¿entiendes?
No sé… - dije ya sin más argumentos.
-Mira Claire, por la manera en que quieres
solucionar esto, me da a entender que sientes algo por mí y que quieres
zanjarlo cuanto antes, asíque, ¿sientes algo?
-Eso creo.
-Pues fenomenal, lo llevaremos todo con
cuidado, mis padres no se enterarán si es eso lo que te preocupa. Iré
introduciéndoles que eres maravillosa para que te miren con otros ojos para
que, cuando llegue el momento, poder decirles que estamos juntos.
-Uff…no sé, no sé… - dije indecisa.
-Venga, sabes que quieres – dijo mientras
me besaba en la mejilla y el cuello – y yo también quiero – volvió a darme otro
beso, pero esta vez en la boca – será genial.
-Está bien, de acuerdo – dije por fin
dándole un dulce beso agarrándole por el cuello apasionadamente.
Aquel beso fue el primero que me daba con
Evan en plan realmente consciente de lo que hacía y de lo que quería, y la
verdad que me gustó muchísimo.
El resto de la jornada laboral fue bastante
mejor, y seguramente fuese porque tenía la tonta ilusión de ver por la casa a
Evan y darnos un beso a escondidas en cualquier rincón.
De vuelta a casa en metro fui con una
sonrisa, andaba pensando en otras cosas y me confundí de calle. Tenía que dar
un buen rodeo para llegar de nuevo al camino correcto. Entonces, al girar en
una esquina, me vi en un callejón sin salida y cuando me quise dar la vuelta,
dos hombres me cortaron el paso.
-Vaya, vaya… ¿Qué hace una muñeca tan guapa
en este lugar tan solitario? – preguntó uno de los hombres.
-Lo siento, me he confundido de calle, voy
a volver por ahí… - dije asustada.
-Creo que no. Danos el bolso – dijo el otro
hombre.
-Sí, aquí tenéis.
Cuando les di el bolso, uno de ellos se me
acercó y empezó a olerme el pelo y a acariciarme por la cintura.
-Por favor, dejen que me vaya – volví a
decir asustada.
-No, no podemos. Ya nos has visto la cara
asíque, no podrás volver.
Fue entonces cuando me dieron un golpe en
la cara y me caí al suelo inconsciente, pero no sin antes ver cómo otro hombre
llegaba y se peleaba con uno de los ladrones que estaba más lejos de mí.
Cuando desperté, vi una luz blanca y
escuché voces de fondo, no sabía dónde estaba pero sí que me habían atracado.
Al enfocar bien los ojos pude ver la figura de Nikolai, de pie a mi lado, y yo
me encontraba tumbada en una cama de hospital.
-Por fin, pensaba que no ibas a despertar,
me he llevado un gran susto – dijo Nikolai suspirando.
-¿Qué ha pasado? Unos tipos querían robarme
pero después no me dejaban irme, me pegaron y…dios mío, ¿me han violado?
-No, sólo te has llevado un golpe en la
cabeza, por lo demás estás bien.
-¿Por qué no acabaron su trabajo? Es que lo
tengo un poco borroso, pero creo que vi a una tercera persona pelear con ellos.
-Sí, fui yo – confesó Nikolai.
-¿Fuiste tú? ¿Cómo? ¿Cómo sabías que estaba
en peligro?
-Pues, la familia Turner estaba en casa y
decidí acompañarte con el coche hasta tu casa. Vi en tu expediente que vives en
Fulham asíque calculé la parada de metro por la que saldrías. Menos mal que
estaba allí, sino no quiero saber qué te habrían hecho.
-¿Me seguiste? – pregunté incrédula.
-Sí, pero no en plan acosador, sino para
ver que llegabas bien a casa.
-Caray, entonces te debo dar las gracias y
mucho, muchas gracias por evitar que acabase en la morgue, de verdad – le dije
cariñosamente sonriendo.
-De nada, pero fue una suerte que justo el
día que te vigilo te pase esto, deberías tener más cuidado, ir a clases de
defensa o dejar que te lleve a casa.
-No tienes por qué molestarte. Mi barrio es
bastante bueno en cuanto a la delincuencia, fue sólo que me equivoqué de camino,
no volverá a pasar.
-Pero yo me sentiría más tranquilo si
hicieras algo de lo que te he propuesto, en serio.
-Está bien…miraré a ver unas clases de
defensa de esas un día de estos – dije un poco pasota.
-Tengo una idea, será mejor que yo te dé
esas clases, así sabré lo que aprendes realmente y si puedes defenderte por ti
misma. Hasta entonces, te llevaré en coche a casa – dijo sin posibilidad de que
pudiera cambiar de opinión.
-De acuerdo, me darás esas clases. Oye,
¿cuándo podré salir de aquí? Tengo que ir a recoger a mi hija.
-Ya llamé a tu compañera de piso, ella se
ha encargado de Aubree, está bien.
-Buf, menos mal.
-El médico dijo que iba a pasar en un
momento para ver qué tal te encontrabas, asíque no creo que tarde mucho en
darte el alta – dijo Nikolai ya poniendo su pose firme e implacable.
Después de saber todo lo que había pasado
me quedé más tranquila, dentro de lo malo, todo había salido bien gracias a
Nikolai. Se había portado maravillosamente preocupándose por mí y esperaba
agradecérselo algún día mucho mejor que con un simple gracias, quizás estaría
bien que le preparase su comida favorita un día de estos.
Una vez pasó el médico y me examinó, pude
irme con el alta. Le volví a dar las gracias a Nikolai y regresé a casa sola,
ya que al menos era de día.
-¿Estás bien? Un tal Nikolai me dijo que
recogiera a Aubree porque habías tenido un altercado con unos ladrones – dijo
Alice asustada.
-Sí, sí, al final no pasó a mayores, suerte
que él estaba por allí y pudo salvarme.
-¿En serio? ¿En plan rescate de película?
-Pues no lo sé, me quedé inconsciente, pero
creo que se peleó con ellos, sí.
-¡Caray! Ese tío debe ser súper
interesante.
-No le conozco mucho, no es que hablé mucho
de su vida, pero creo que sí que podría ser interesante – dije sonriendo.
-Por cierto, han llamado los Turner, dicen
que hoy puedes llegar tarde al trabajo por lo que ha pasado pero que vayas en
cuanto puedas.
-De acuerdo.
Por fin cogí a Aubree en brazos, ya que
llevaba un día sin ella. La verdad que pensaba que los Turner me dejarían libre
el día de hoy por lo ocurrido, pero estaba claro que no podían valerse por sí
mismos. Dejé a Aubree con Alice, ya que era su día libre y podía cuidar de ella
y me fui de nuevo a trabajar.
Ya en el trabajo, vi que nadie de la
familia estaba en casa, asíque supuse que Nikolai los había llevado en coche a
sus compromisos. Así pues, me dispuse a limpiar y a hacer la comida durante
toda la mañana.
Nikolai apareció en la cocina justo a la
hora para ir a recoger a Evan y Rose con una bolsa de deporte.
-Claire, después de comer te vendrás
conmigo al gimnasio y empezaremos tu primera clase de defensa personal.
-¿Ya empezamos hoy?
-Sí, cuanto antes mejor.
-De acuerdo, me quedaré después de comer.
Ve a por los chicos que la comida está casi lista – dije mientras metía en el
horno unos macarrones con queso.
Cuando Nikolai estuvo de vuelta, Evan me
cogió del brazo y me llevó a su habitación apresuradamente.
-¿Estás bien? ¿Cómo te encuentras? – dijo
preocupado y tocándome los brazos y la cara por si veía algún golpe.
-Sí, estoy perfectamente, gracias.
-Qué susto me llevé cuando mi madre nos
dijo esta mañana que te habían atracado y que habías estado en el hospital.
-Bueno, eso parece más de lo que pasó en
realidad, sólo me dieron un golpe y me quedé inconsciente, no hubo más daño –
dije quitándole hierro al asunto.
-Por dios, si te hubiera pasado algo… -
dijo Evan mientras me abrazaba y me besaba apasionadamente.
-Ya, pero afortunadamente ahí estaba
Nikolai para salvarme, todo ha salido bien – dije con una sonrisa al ver que
Evan se había preocupado tanto por mí.
-¿Nikolai? ¿Y qué hacía él justo donde te
atracaron? – dijo frunciendo el ceño.
-Quería saber que llegaba bien a casa,
asíque tuve suerte de que estuviera por allí.
-¿No te parece un poco extraño que justo
estuviera ahí cuando te atracan?
-¿Estás insinuando que él ha tenido algo
que ver con el ataque? – dije incrédula.
-Bueno, es sospechoso, aunque creo que
Nikolai es de fiar.
-Eso está mejor, no digas más tonterías.
-Ay…es que he estado con una angustia… ¿Qué
te parece si después de comer nos vamos a tomar algo? – me dijo Evan ya más
tranquilo.
-Pues…es que me he apuntado a unas clases
de defensa personal, y empiezo hoy. Ya sabes, por si acaso.
-Oh…vale, pues entonces, ¿cuándo acabes de
esa clase?
-Bueno, pero sólo una hora, porque he de
recoger a Aubree, que últimamente paso poco tiempo con ella.
-Debería conocer yo a Aubree – dijo
sonriendo Evan.
-¿Quieres conocer a mi hija?
-Ya que estamos juntos es lo que se debe
hacer, para que se vaya acostumbrando a mí.
-¿Acostumbrando?
-Claro, si vamos a estar juntos siempre
será mejor que me vea como un segundo papá.
-¿Así que vamos a estar siempre juntos? –
comenté con una sonrisa mordiéndome el labio.
-Por supuesto, eres un angel, eres mi
princesa, eres preciosa, ¿cómo no iba a querer estar contigo el resto de mi
vida?
-Vale, vale, no lo pongo en duda. Te
presentaré a Aubree un día de estos.