domingo, 9 de noviembre de 2014

Capítulo 27



-¿Quién demonios era ese? – preguntó Charlotte.
-No tengo ni idea, sería el típico borracho de bar – dije resoplando.
-Pues parecía que me conocía bastante y creo que jamás le he visto – dijo Charlotte.
-No te preocupes, no creo que sea alguien de quien te tengas que preocupar – zanjó Kyle.

Los chupitos y media botella de whiskey pronto desaparecieron porque nos lo íbamos bebiendo bastante rápido, cosa no muy recomendable aunque aún ninguno se había puesto malo. Mike, Kyle, Kevin y Eric se levantaron a jugar una partida de dardos mientras Charlotte y yo fuimos a la pista de baile a mover el cuerpo un rato. Aquello volvió a recordarme a los años de instituto en que éramos unas adolescentes y la vida era mucho más fácil. Charlotte se deshinibía mucho y siempre ligaba con algún chico. Mientras, yo hablaba con el amigo de aquel chico que Charlotte se había ligado como cualquier chica normal. Ahora era todo distinto, Charlotte estaba casada con alguien a quien quería y odiaba al mismo tiempo y yo ya era madre de una niña, la vida había dado un giro enorme.

-¿Le dijiste a Bruce sobre Benjamin Burke y Charles Rodgers? – me preguntó Charlotte mientras bailábamos.
-Sí, le mandé un mensaje diciendo lo que habíamos averiguado hace un par de horas, pero como es evidente aún no habrá averiguado nada, necesita más tiempo, Char.
-Espero que pueda esclarecer esto. ¿De verdad confías en él?
-Sï, ha demostrado ser un gran abogado. Y un gran abogado que tiene muchos recursos, asíque creo que es la persona idónea para esto – dije muy convencida.
-Recuerdo cuando me dijiste que Bruce te podía gustar, e incluso creía que te podrías llegar a enamorar de él, ¿no te resulta extraño pedirle ayuda y tenerle tan cerca?
-Bueno, admito que me gustó pero no sé si podría llegar a quererle como quiero a Michael. Es más, no sé si podría querer a otro como a él. Sí que hubo un tiempo en que me imaginé con Bruce, pero es pasado ya.
-Él te dijo que estaba enamorado de ti y que le había dolido mucho que fueras a tener un bebé con Mike, sinceramente creo que él estaba o está loco por ti – se sinceró Charlotte.
-Es cierto que me lo confesó, pero supongo que ya no sentirá tanto por mí, es decir, él sabe que estoy con Mike, que le quiero y que tenemos una hija, eso es una imagen que él sabe que está ahí y es una indirecta para que sepa que no tiene que estar enamorado de mí.
-Lo sé, pero si él siempre ha estado enamorado de ti desde que te vió, quizás aunque vea esa imagen de ti no sea suficiente y te siga queriendo.
-Charlotte, Bruce y yo ahora somos amigos, de hecho él mismo me lo dijo, que ahora habíamos vuelto a retomar nuestra amistad, no creo que piense en mí como antes. ¿Por qué dices ahora todas estas cosas? – pregunté desconcertada.
-No sé, será que Bruce te ayudó con lo del juicio de Aubree, y ahora nos está ayudando con lo de Paul…no sé ¿crees que lo hará porque siente algo por ti?
-No lo había pensado así, pero espero que no…no sé, si no estuviera con Mike quizás podría plantearme el estar con él. Hubo un tiempo en que no quería ni verle por cómo se había portado conmigo y con Mike, pero ahora pienso que es un gran profesional, muy entregado a su trabajo, muy fiel a sus ideales, divertido, encantador…pienso que es un gran hombre pese a que a veces no esté de yo de acuerdo con lo de defender a delincuentes, pero bueno, es su trabajo – dije sinceramente.
-Espero que termines felizmente con Mike, desde que le viste te enamoraste perdidamente de él.
-Lo sé, Mike fue para mí…lo máximo que pude encontrar, puede que no tengamos todo en común, pero sé que no sería del todo feliz con otro que no fuera él. Aunque no digo que sea imposible no enamorarme de otro pero, completamente como con Mike creo que no.

Los chicos vinieron poco después de nuestra conversación a la pista de baile y seguimos pasándolo genial. La verdad que mi cumpleaños había sido estupendo, la sorpresa campestre de Michael y Kevin había sido entrañable. Al final, sobre las tres de la madrugada, cogimos unos taxis y regresamos a casa de Michael, donde todos fuimos allí para dormir, incluído Kevin y Charlotte.
Mike y yo nos desnudamos y, evidentemente, ni nos molestamos en ponernos el pijama, porque directamente nos fuimos a la cama e hicimos el amor como casi todas las noches, dulce e inolvidablemente.

A la mañana siguiente nos levantamos algunos con un ligero dolor de cabeza y otros con una tremenda resaca. Miré mi teléfono y tenía un mensaje de Tess que decía que la llamara para traernos a Aubree cuando quisiéramos. Charlotte tenía veintiseis llamadas perdidas de Paul, lo cual la alarmó bastante, pensaba que le había pasado algo. Asíque le mandó un mensaje preguntándole qué había ocurrido mientras se levantaba y se servía una taza de café. Kyle y Kevin se tuvieron que vestir rápido e irse a trabajar, ya que era bastante tarde. Tuve pena por ellos porque yo estaba realmente cansada después de la fiesta de anoche.
Charlotte recibió de nuevo una llamada de Paul, a la cual sí contestó y se fue a la biblioteca para hablar.
Marie nos hizo tostadas y huevos con bacon para todos, lo cual fue de agradecer porque tenía bastante hambre y pocas ganas de hacer el desayuno. Charlotte regresó de la biblioteca con una cara de circunstancia.

-¿Qué ocurre? ¿Para qué llamaba Paul? – pregunté.
-Está muy enfadado, me ha llamado muchísimas veces, no puse el despertador y no me he enterado.
-¿Sólo por eso?
-Sí bueno, y porque hoy teníamos que desayunar con el gobernador de California y me olvidé completamente.
-¿Te ha dicho que te vayas? – preguntó Mike.
-No, ya me ha dicho que el desayuno y la reunión ya ha concluído, asíque no tengo por qué ir, pero debo recompensarle yendo a la inauguración de un hospital infantil yo sola.
-¿Tú sola? Pero…si tú no debes hacer eso sin él ¿no? Quiero decir, la mujer del senador aún no es como una primera Dama, no tiene esas responsabilidades, ¿no? – pregunté.
-Según Paul tengo que hacerlo, da igual si las otras mujeres no lo hacen, pero es bueno para su candidatura, ser más popular – explicó Charlotte – en fin, aunque no me haya dicho que me vaya sé que no le hace gracia que esté aquí habiendo faltado a ese desayuno, asíque me tengo que ir. Avísame si sabes algo más de nuestro tema, Laura.
-Vale, no te preocupes que lo haré – dije mientras Charlotte se iba.
-¿De qué tema habláis? – preguntó Mike.
-Pues…es para…métodos anticonceptivos.
-¿Anticonceptivos? Tú no usas pastillas que yo sepa.
-Pero sí preservativos. De todas maneras le dije que averiguaría unas buenas pastillas, nada del otro mundo – mentí.
No quería decirle nada a Michael sobre el tema de Paul y Charlotte para no involucrarle por si sucedía algo malo. Me sentía mal por ocultárselo pero mi deseo de que él estuviera bien podía con todo lo demás. Paul, según Charlotte, tenía un lado peligroso y no quería que Mike fuera un blanco para él. Por otro lado, no sabía si le iba a sentar mal que entablara tanta amistad y hablara tanto tiempo con Bruce. Él le había quitado su periódico, a pesar de que fuera el deber de Bruce porque le contrataron para hacerlo, pero a Mike le encantaba The Eagle y se tuvo que resignar a perderlo. Con lo cual era un cúmulo de cosas por las cuales pensaba que no era buena idea decirle nada sobre el tema de Paul y que Bruce me estaba ayudando.
Un mes después, estaba casi por acabar mi novela de intriga, drama, suspense y amor, de la cual estaba muy orgullosa. Charlotte no había vuelto a visitarnos a casa de Mike, ya que me había mandado algunos mensajes diciéndome que Paul estaba siendo bastante estricto con la imagen sobre su matrimonio. Kyle, por fin, estaba empezando su propio gran proyecto de la línea de hoteles, a los cuales los llamaría la línea de “The Grand Hotel” y estarían basados en elementos de la tabla periódica. Nos explicó que cada hotel estaría representado por un elemento específico de la tabla periódica; por ejemplo, un hotel que tuviera muebles, paredes un objetos de plata, oro, cobre o platino, se llamarían “The Gold Grand Hotel” si se basaba en el oro, “The Silver Grand Hotel” si se basaba en la plata, y así sucesivamente.
Allison estaba muy contenta en Lovelife, ya que analizaba tendencias de la moda y hablaba sobre ello en una columna para la revista, aunque poco a poco se fue dando cuenta que aquello se le quedaba pequeño y quería expandir más su ambición. Poco a poco comenzó a elaborar unos bocetos de ropa, para crear su propia línea y así poder enseñar al mundo entero sus diseños en una pasarela de moda y que todos pudieran comprar sus ideas hechas realidad.
Michael seguía bastante enfrascado en su proyecto de Stanford Tech, tenía a los mejores científicos, médicos, informáticos, ingenieros y técnicos trabajando para él, elaborando sus peticiones, para tener pronto unos prototipos, enseñarlo a todo el mundo y así poder facilitarle la vida a la gente, ya que aquello era bioingeniería, biotecnología, biomecánica y biogenética todo en la misma empresa.
Bruce me llamó para quedar y explicarme todo lo que había averiguado hasta ahora, lo cual no era casi nada.

-La verdad que no he encontrado nada alarmante en relación a Paul. Si está haciendo cosas delictivas he de decir que lo tiene todo muy bien atado, aunque siempre cabe la posibilidad de que tú y Charlotte estéis equivocadas – dijo Bruce.
-Sé que lo que dice Char es cierto, confío en ella. ¿En serio tus investigadores no te han dicho ni una buena noticia?
-La investigación requiere tiempo. Además, según lo que me has dicho, si Paul soborna a gente, las amenaza o alguna cosa parecida, es difícil averiguarlo. Mis investigadores necesitan tiempo para ganarse la confianza de esas personas con las que Paul se ha cruzado. Sólo puedo decirte que sé que se reúne con un grupo de gente de bastante dinero y poder cada miércoles.
-No es gran cosa. ¿Y sobre Charles Rodgers has averiguado algo? – pregunté.
-Bueno, Charles es muy escurridizo también, por algo es bastante conocido por sus campañas electorales. Ya sabes que ahí se juega sucio y cuanto menos rastro dejas mucho mejor.
-Necesito saber algo ya, Charlotte está desesperada.
-Lo sé, pero por ahora no puedo decirte nada nuevo. No quisiera ser entrometido pero, ¿por qué Charlotte se casó con Paul si sabía que no era buena persona y que ocultaba algo? – preguntó Bruce.
-Charlotte se enamoró de él. Paul empezó a cambiar cuando ganó su puesto como senador, pero aún así había momentos en que el hombre del que ella se enamoró estaba todavía presente. A pesar de que dijo que ocultaba algo, que era peligroso y demás, ella aún sigue pensando que aquel hombre encantador que conoció aún está ahí.
-Pues déjame decirte que nadie debería casarse si hay dudas de con quién se casa.
-Lo sé, yo le dije que no lo hiciera pero…ella estaba en un aprieto. Charlotte presionaba a Paul para que se divorciara y así pudieran hacer lo suyo público, entonces cuando lo hizo pues él le pidió matrimonio. Ella quería ir más despacio pero claro, después de que ella le hubiera insistido tanto con divorciarse, también habiendo anunciado su candidatura a la presidencia…no podía decirle que no – expliqué detenidamente.
-Bueno, haré lo que pueda. Oye, ¿cómo va tu libro?
-Muy bien, casi acabado. Espero encontrar una buena editorial para publicarlo, aunque será complicado, hay mucha competencia – dije un poco desanimada.
-Oh vamos, seguro que tu libro es fabuloso y les encantará, se venderán como churros, no decaigas.
-No sé, la verdad que yo estoy contenta con lo que he escrito, pero no sé si gustará a la gente.
-Podría ayudarte con la editorial, conozco a varias personas de ese mundillo que me deben algún favor por trabajar para ellos – dijo Bruce sonriendo.
-La verdad que no pierdo nada, te mandaré una copia cuando lo termine, muchas gracias – dije muy agradecida.
-De nada, y bueno, ya te llamaré si surge alguna noticia.

Tenía alguna esperanza de que hubiera encontrado algún indicio sobre Paul o Charles, pero habría que esperar más. Respecto a mi libro, era una oportunidad enorme el que Bruce pudiera ayudarme con la editorial. Quizás debería habérselo preguntado a Mike primero, ya que él podría comprarse una editorial propia, además del periódico que él mismo había sacado a la luz.
Mientras, Charlotte estaba en casa de Paul, aunque por supuesto vivían juntos, él era el propietario. Se asemejaba mucho a una mansión, cosa normal tratándose de un senador. Su imagen lo era todo asíque necesitaba que ante el mundo fuera un ejemplo a seguir.
Paul seguía insistiendo en que debían tener un bebé, ya que estaban preparados para ello, pero Charlotte no quería por nada del mundo.

-Paul, no vamos a hacer el amor sin protección, lo siento pero aún no estoy preparada para quedarme embarazada. Acabamos de casarnos hace mes y medio, ¿cómo pretendes tener un bebé? ¿No quieres disfrutar del matrimonio primero? – le preguntó Charlotte.
-Querida, ya disfruté de un matrimonio hace años. Llevo disfrutando contigo desde que te conocí, asíque creo que sí que es el momento de ser padres.
-Por favor, dentro de unos días cumpliré 23 años, ¿es que no ves que soy demasiado joven para ser madre? ¡Jamás pensé en tener un hijo antes de los 30!
-Jamás lo pensaste si hubieras estado con un chico cualquiera. Pero no, te casaste con un hombre de 47 años, divorciado y con dos hijos, es muy diferente. Yo ya no veo extraño tener más hijos con mi edad.
-¡Pero con la mía sí! Esto es de locos…en realidad, pienso que sólo quieres tener un hijo inmediatamente para subir tus puntos de popularidad entre la población para que te voten, ¿me equivoco? – dijo Charlotte ya histérica y enfadada.
-Tú quieres que gane las elecciones, ¿no? Quieres ser la Primera Dama, ¿verdad? Además, tener un bebé no supondrá gran esfuerzo por tu parte. Tenemos grandes asistentas que pueden cuidar de él, aunque podríamos contratar a una niñera interna que pudiera estar día y noche con el bebé.
-¿Has perdido el juicio? Fíjate que yo no soy muy de críos, pero sé que un hijo no debe dejarse así como así a una criada, una madre y un padre son quienes deben cuidarlo y criarlo.
-Charlotte, estás acabando con mi paciencia. Vamos a tener un hijo te guste o no, necesitamos tenerlo.
-¿Tan miserable es tu vida conmigo que necesitas, apenas un mes y medio después de casarte, tener otro entretenimiento? – dijo Charlotte disgustada.
-Tú sabes que yo estoy enamorado de ti, me divorcié por ti y ahora debes cumplir conmigo.
-Está bien, veo que tienes unas ganas inmensas, asíque vamos a ello – decidió Charlotte.

Paul sonrió, fue hacia su nueva mujer, la besó, desnudó y la llevó a la cama donde se acostó con ella. Charlotte se sintió aquella noche como una chica de calle, puesto que no  quería acostarse con su marido porque ella no quería tener ningún hijo con él. Ella había adorado mucho a Paul, y aún seguía adorándolo, pero ya sólo era a ratos, porque muchas veces parecía otra persona, y no quería que esa persona fuera el padre de su bebé.
Gracias a Dios, Charlotte ya sabía que Paul ansiaba tener otro hijo, y tarde o temprano iba a obligarla a ello, asíque fue a la consulta de un médico privado sin el conocimiento de su marido y consiguió que le recetaran unas pastillas anticonceptivas que llevaba tomando tres semanas.
El día del cumpleaños de Charlotte, 31 de Mayo, fuimos todos a casa de Paul, donde le había preparado una fiesta de lo más formal, ya que Paul invitaría a muchas personas importantes, incluído el jefe de la policía de Nueva York, el alcalde, varios senadores y congresistas, familias adineradas y estrellas famosas de la música y el cine.
Charlotte estaba muy elegante con un vestido raso de color burdeos, hacía juego con unas joyas granate que supuse, Paul se las había regalado.

-¡Qué bien que hayáis venido todos! Sin duda hubiera muerto del aburrimiento en mi propia fiesta – dijo Charlotte acercándose apresuradamente.
-No nos lo perderíamos por nada – dije sonriendo.
-Hemos dejado a Aubree con Marie, asique somos todo tuyos – comentó Mike con una sonrisa.
-¿Por qué te habrías muerto del aburrimiento? – preguntó Eric.
-¿Es no ves a tu alrededor? Todos tienen más de cuarenta años, están casados o prometidos, tienen un trabajo importante relacionado con la política, el estado y demás, salvo unos actores y músicos que acabo de conocer – comentó Charlotte - ¿y escuchas esa música como de ópera? ¿En serio, quién querría este cumpleaños? ¿Comprendes por qué digo lo de morirme de aburrimiento o no?
-Sí, ahora ha quedado claro – dijo Eric.
-Pero bueno, ahora que habéis llegado todo será mejor.
-Parece que se más el cumpleaños de Paul que el tuyo – dijo Kyle.
-Sí, lo sé, pero Paul se empeñó en que sería una buena oportunidad para que él ganara apoyo de gente importante en su carrera a la presidencia.
-Caray, es tu cumpleaños, ¿cómo puede arruinártelo así como así? – dije un poco enfadada.
-Pues es mi marido, supongo que…es un sacrificio por mi parte. Venga, vamos a por unas copas, que la noche se viene muy larga con esta gente alrededor.

Charlotte nos dio una copa a cada uno y ella cogió una botella de agua bien fresca con un canapé que cogió de la bandeja a un camarero. Me quedé bastante asombrada que Charlotte no se dispusiera a beber en su propio cumpleaños, y más aún habiendo dicho que su fiesta era un auténtico tostón. Ella nos presentó a los actores y músicos que había conocido poco antes, ya que ellos serían las personas más normales y menos aburridas de aquella fiesta. Sean Preston, Ty Swanson, James Smith y Tina Portman eran los actores más conocidos, nos contaron que en su haber ya poseían Óscars y Globos de oro por sus actuaciones. Ellen Murray y Cole Slasher eran los cantantes más famosos que allí había, y también nos contaron sus premios Grammy que habían ganado.
Allison pronto congenió bastante con Cole, que ya éste no paraba de cantarle estrofas de sus canciones y esto la enamoraba.
Kyle y Mike estuvieron establando conversación con esos actores y cantantes que nos habían presentado. Eric andaba distraído bebiendo más y más copas de champán.
Charlotte se excusó un momentó para ir al baño, pero yo la seguí y escuché cómo vomitaba en el lavabo, ya que no pudo llegar a tiempo al inodoro.

-Laura, no sabía que estabas aquí.
-¿Te ocurre algo? – pregunté preocupada.
-Llevo unos días que no me encuentro bien, debo tener algún virus.
-Ya he visto que no has probado ni una gota de alcohol. Creo sospechar que piensas que no es un simple virus estomacal.
-Amiga, estoy asustada – confesó Charlotte limpiando el lavabo del vómito.
-Cuéntame qué sucede.
-Es que si lo digo será como si fuera real y no quiero que los sea.
-Puedes confiar en mí, te ayudaré en todo lo que esté en mi mano – le prometí.
-Bueno…ya sabes que a veces amo a Paul y otras le odio. Pero tenemos vida de pareja normal.
-¿Qué quieres decir con vida de pareja normal?
-Pues que dormimos juntos, ya sabes, hacemos el amor a diario.
-Ah sí, perdona, sigue, sigue – dije un poco avergonzada por no haberme dado cuenta.
-En fin, debería haberme venido la menstruación hace dos semanas.
-Quieres decir qué… ¿Puede que estés embarazada?
-Sí, eso quiero decir. Pero es imposible – dijo Charlotte muy segura.
-¿Cómo que es imposible? Yo creo que no. Si te has acostado con Paul puede que eso sea lo que te ocurra. Si has hecho el amor con el sin protección…
-El caso es que si tenía protección.
-¿Tenías? Bueno, puede haber un margen de error, los preservativos se rompen fácilmente, hay que revisarlos después hacer…
-No lo entiendes. Esa no es la protección que tenía. Yo misma fui a un ginecólogo para que me recetase pastillas anticonceptivas, fiables al 99,9%. Es imposible quedarme embarazada – dijo Charlotte más asustada aún.