-¿Quién demonios era
ese? – preguntó Charlotte.
-No tengo ni idea, sería
el típico borracho de bar – dije resoplando.
-Pues parecía que me
conocía bastante y creo que jamás le he visto – dijo Charlotte.
-No te preocupes, no
creo que sea alguien de quien te tengas que preocupar – zanjó Kyle.
Los chupitos y media
botella de whiskey pronto desaparecieron porque nos lo íbamos bebiendo bastante
rápido, cosa no muy recomendable aunque aún ninguno se había puesto malo. Mike,
Kyle, Kevin y Eric se levantaron a jugar una partida de dardos mientras
Charlotte y yo fuimos a la pista de baile a mover el cuerpo un rato. Aquello
volvió a recordarme a los años de instituto en que éramos unas adolescentes y
la vida era mucho más fácil. Charlotte se deshinibía mucho y siempre ligaba con
algún chico. Mientras, yo hablaba con el amigo de aquel chico que Charlotte se
había ligado como cualquier chica normal. Ahora era todo distinto, Charlotte
estaba casada con alguien a quien quería y odiaba al mismo tiempo y yo ya era
madre de una niña, la vida había dado un giro enorme.
-¿Le dijiste a Bruce
sobre Benjamin Burke y Charles Rodgers? – me preguntó Charlotte mientras
bailábamos.
-Sí, le mandé un mensaje
diciendo lo que habíamos averiguado hace un par de horas, pero como es evidente
aún no habrá averiguado nada, necesita más tiempo, Char.
-Espero que pueda
esclarecer esto. ¿De verdad confías en él?
-Sï, ha demostrado ser
un gran abogado. Y un gran abogado que tiene muchos recursos, asíque creo que
es la persona idónea para esto – dije muy convencida.
-Recuerdo cuando me
dijiste que Bruce te podía gustar, e incluso creía que te podrías llegar a
enamorar de él, ¿no te resulta extraño pedirle ayuda y tenerle tan cerca?
-Bueno, admito que me
gustó pero no sé si podría llegar a quererle como quiero a Michael. Es más, no
sé si podría querer a otro como a él. Sí que hubo un tiempo en que me imaginé
con Bruce, pero es pasado ya.
-Él te dijo que estaba
enamorado de ti y que le había dolido mucho que fueras a tener un bebé con
Mike, sinceramente creo que él estaba o está loco por ti – se sinceró
Charlotte.
-Es cierto que me lo
confesó, pero supongo que ya no sentirá tanto por mí, es decir, él sabe que
estoy con Mike, que le quiero y que tenemos una hija, eso es una imagen que él
sabe que está ahí y es una indirecta para que sepa que no tiene que estar
enamorado de mí.
-Lo sé, pero si él
siempre ha estado enamorado de ti desde que te vió, quizás aunque vea esa
imagen de ti no sea suficiente y te siga queriendo.
-Charlotte, Bruce y yo
ahora somos amigos, de hecho él mismo me lo dijo, que ahora habíamos vuelto a
retomar nuestra amistad, no creo que piense en mí como antes. ¿Por qué dices
ahora todas estas cosas? – pregunté desconcertada.
-No sé, será que Bruce
te ayudó con lo del juicio de Aubree, y ahora nos está ayudando con lo de
Paul…no sé ¿crees que lo hará porque siente algo por ti?
-No lo había pensado
así, pero espero que no…no sé, si no estuviera con Mike quizás podría
plantearme el estar con él. Hubo un tiempo en que no quería ni verle por cómo
se había portado conmigo y con Mike, pero ahora pienso que es un gran
profesional, muy entregado a su trabajo, muy fiel a sus ideales, divertido,
encantador…pienso que es un gran hombre pese a que a veces no esté de yo de
acuerdo con lo de defender a delincuentes, pero bueno, es su trabajo – dije
sinceramente.
-Espero que termines
felizmente con Mike, desde que le viste te enamoraste perdidamente de él.
-Lo sé, Mike fue para
mí…lo máximo que pude encontrar, puede que no tengamos todo en común, pero sé
que no sería del todo feliz con otro que no fuera él. Aunque no digo que sea
imposible no enamorarme de otro pero, completamente como con Mike creo que no.
Los chicos vinieron poco
después de nuestra conversación a la pista de baile y seguimos pasándolo
genial. La verdad que mi cumpleaños había sido estupendo, la sorpresa campestre
de Michael y Kevin había sido entrañable. Al final, sobre las tres de la
madrugada, cogimos unos taxis y regresamos a casa de Michael, donde todos
fuimos allí para dormir, incluído Kevin y Charlotte.
Mike y yo nos desnudamos
y, evidentemente, ni nos molestamos en ponernos el pijama, porque directamente
nos fuimos a la cama e hicimos el amor como casi todas las noches, dulce e
inolvidablemente.
A la mañana siguiente
nos levantamos algunos con un ligero dolor de cabeza y otros con una tremenda
resaca. Miré mi teléfono y tenía un mensaje de Tess que decía que la llamara
para traernos a Aubree cuando quisiéramos. Charlotte tenía veintiseis llamadas
perdidas de Paul, lo cual la alarmó bastante, pensaba que le había pasado algo.
Asíque le mandó un mensaje preguntándole qué había ocurrido mientras se
levantaba y se servía una taza de café. Kyle y Kevin se tuvieron que vestir
rápido e irse a trabajar, ya que era bastante tarde. Tuve pena por ellos porque
yo estaba realmente cansada después de la fiesta de anoche.
Charlotte recibió de
nuevo una llamada de Paul, a la cual sí contestó y se fue a la biblioteca para
hablar.
Marie nos hizo tostadas
y huevos con bacon para todos, lo cual fue de agradecer porque tenía bastante
hambre y pocas ganas de hacer el desayuno. Charlotte regresó de la biblioteca
con una cara de circunstancia.
-¿Qué ocurre? ¿Para qué
llamaba Paul? – pregunté.
-Está muy enfadado, me
ha llamado muchísimas veces, no puse el despertador y no me he enterado.
-¿Sólo por eso?
-Sí bueno, y porque hoy
teníamos que desayunar con el gobernador de California y me olvidé
completamente.
-¿Te ha dicho que te vayas?
– preguntó Mike.
-No, ya me ha dicho que
el desayuno y la reunión ya ha concluído, asíque no tengo por qué ir, pero debo
recompensarle yendo a la inauguración de un hospital infantil yo sola.
-¿Tú sola? Pero…si tú no
debes hacer eso sin él ¿no? Quiero decir, la mujer del senador aún no es como
una primera Dama, no tiene esas responsabilidades, ¿no? – pregunté.
-Según Paul tengo que
hacerlo, da igual si las otras mujeres no lo hacen, pero es bueno para su
candidatura, ser más popular – explicó Charlotte – en fin, aunque no me haya
dicho que me vaya sé que no le hace gracia que esté aquí habiendo faltado a ese
desayuno, asíque me tengo que ir. Avísame si sabes algo más de nuestro tema,
Laura.
-Vale, no te preocupes
que lo haré – dije mientras Charlotte se iba.
-¿De qué tema habláis? –
preguntó Mike.
-Pues…es para…métodos
anticonceptivos.
-¿Anticonceptivos? Tú no
usas pastillas que yo sepa.
-Pero sí preservativos.
De todas maneras le dije que averiguaría unas buenas pastillas, nada del otro
mundo – mentí.
No quería decirle nada a
Michael sobre el tema de Paul y Charlotte para no involucrarle por si sucedía
algo malo. Me sentía mal por ocultárselo pero mi deseo de que él estuviera bien
podía con todo lo demás. Paul, según Charlotte, tenía un lado peligroso y no
quería que Mike fuera un blanco para él. Por otro lado, no sabía si le iba a
sentar mal que entablara tanta amistad y hablara tanto tiempo con Bruce. Él le
había quitado su periódico, a pesar de que fuera el deber de Bruce porque le
contrataron para hacerlo, pero a Mike le encantaba The Eagle y se tuvo que
resignar a perderlo. Con lo cual era un cúmulo de cosas por las cuales pensaba
que no era buena idea decirle nada sobre el tema de Paul y que Bruce me estaba
ayudando.
Un mes después, estaba
casi por acabar mi novela de intriga, drama, suspense y amor, de la cual estaba
muy orgullosa. Charlotte no había vuelto a visitarnos a casa de Mike, ya que me
había mandado algunos mensajes diciéndome que Paul estaba siendo bastante
estricto con la imagen sobre su matrimonio. Kyle, por fin, estaba empezando su
propio gran proyecto de la línea de hoteles, a los cuales los llamaría la línea
de “The Grand Hotel” y estarían basados en elementos de la tabla periódica. Nos
explicó que cada hotel estaría representado por un elemento específico de la
tabla periódica; por ejemplo, un hotel que tuviera muebles, paredes un objetos
de plata, oro, cobre o platino, se llamarían “The Gold Grand Hotel” si se
basaba en el oro, “The Silver Grand Hotel” si se basaba en la plata, y así
sucesivamente.
Allison estaba muy
contenta en Lovelife, ya que analizaba tendencias de la moda y hablaba sobre
ello en una columna para la revista, aunque poco a poco se fue dando cuenta que
aquello se le quedaba pequeño y quería expandir más su ambición. Poco a poco
comenzó a elaborar unos bocetos de ropa, para crear su propia línea y así poder
enseñar al mundo entero sus diseños en una pasarela de moda y que todos
pudieran comprar sus ideas hechas realidad.
Michael seguía bastante
enfrascado en su proyecto de Stanford Tech, tenía a los mejores científicos,
médicos, informáticos, ingenieros y técnicos trabajando para él, elaborando sus
peticiones, para tener pronto unos prototipos, enseñarlo a todo el mundo y así
poder facilitarle la vida a la gente, ya que aquello era bioingeniería,
biotecnología, biomecánica y biogenética todo en la misma empresa.
Bruce me llamó para
quedar y explicarme todo lo que había averiguado hasta ahora, lo cual no era
casi nada.
-La verdad que no he
encontrado nada alarmante en relación a Paul. Si está haciendo cosas delictivas
he de decir que lo tiene todo muy bien atado, aunque siempre cabe la
posibilidad de que tú y Charlotte estéis equivocadas – dijo Bruce.
-Sé que lo que dice Char
es cierto, confío en ella. ¿En serio tus investigadores no te han dicho ni una
buena noticia?
-La investigación
requiere tiempo. Además, según lo que me has dicho, si Paul soborna a gente,
las amenaza o alguna cosa parecida, es difícil averiguarlo. Mis investigadores
necesitan tiempo para ganarse la confianza de esas personas con las que Paul se
ha cruzado. Sólo puedo decirte que sé que se reúne con un grupo de gente de
bastante dinero y poder cada miércoles.
-No es gran cosa. ¿Y
sobre Charles Rodgers has averiguado algo? – pregunté.
-Bueno, Charles es muy
escurridizo también, por algo es bastante conocido por sus campañas
electorales. Ya sabes que ahí se juega sucio y cuanto menos rastro dejas mucho
mejor.
-Necesito saber algo ya,
Charlotte está desesperada.
-Lo sé, pero por ahora
no puedo decirte nada nuevo. No quisiera ser entrometido pero, ¿por qué
Charlotte se casó con Paul si sabía que no era buena persona y que ocultaba
algo? – preguntó Bruce.
-Charlotte se enamoró de
él. Paul empezó a cambiar cuando ganó su puesto como senador, pero aún así
había momentos en que el hombre del que ella se enamoró estaba todavía presente.
A pesar de que dijo que ocultaba algo, que era peligroso y demás, ella aún
sigue pensando que aquel hombre encantador que conoció aún está ahí.
-Pues déjame decirte que
nadie debería casarse si hay dudas de con quién se casa.
-Lo sé, yo le dije que
no lo hiciera pero…ella estaba en un aprieto. Charlotte presionaba a Paul para
que se divorciara y así pudieran hacer lo suyo público, entonces cuando lo hizo
pues él le pidió matrimonio. Ella quería ir más despacio pero claro, después de
que ella le hubiera insistido tanto con divorciarse, también habiendo anunciado
su candidatura a la presidencia…no podía decirle que no – expliqué
detenidamente.
-Bueno, haré lo que
pueda. Oye, ¿cómo va tu libro?
-Muy bien, casi acabado.
Espero encontrar una buena editorial para publicarlo, aunque será complicado,
hay mucha competencia – dije un poco desanimada.
-Oh vamos, seguro que tu
libro es fabuloso y les encantará, se venderán como churros, no decaigas.
-No sé, la verdad que yo
estoy contenta con lo que he escrito, pero no sé si gustará a la gente.
-Podría ayudarte con la
editorial, conozco a varias personas de ese mundillo que me deben algún favor
por trabajar para ellos – dijo Bruce sonriendo.
-La verdad que no pierdo
nada, te mandaré una copia cuando lo termine, muchas gracias – dije muy
agradecida.
-De nada, y bueno, ya te
llamaré si surge alguna noticia.
Tenía alguna esperanza
de que hubiera encontrado algún indicio sobre Paul o Charles, pero habría que
esperar más. Respecto a mi libro, era una oportunidad enorme el que Bruce
pudiera ayudarme con la editorial. Quizás debería habérselo preguntado a Mike
primero, ya que él podría comprarse una editorial propia, además del periódico
que él mismo había sacado a la luz.
Mientras, Charlotte
estaba en casa de Paul, aunque por supuesto vivían juntos, él era el
propietario. Se asemejaba mucho a una mansión, cosa normal tratándose de un
senador. Su imagen lo era todo asíque necesitaba que ante el mundo fuera un
ejemplo a seguir.
Paul seguía insistiendo
en que debían tener un bebé, ya que estaban preparados para ello, pero
Charlotte no quería por nada del mundo.
-Paul, no vamos a hacer
el amor sin protección, lo siento pero aún no estoy preparada para quedarme
embarazada. Acabamos de casarnos hace mes y medio, ¿cómo pretendes tener un
bebé? ¿No quieres disfrutar del matrimonio primero? – le preguntó Charlotte.
-Querida, ya disfruté de
un matrimonio hace años. Llevo disfrutando contigo desde que te conocí, asíque creo
que sí que es el momento de ser padres.
-Por favor, dentro de
unos días cumpliré 23 años, ¿es que no ves que soy demasiado joven para ser
madre? ¡Jamás pensé en tener un hijo antes de los 30!
-Jamás lo pensaste si
hubieras estado con un chico cualquiera. Pero no, te casaste con un hombre de
47 años, divorciado y con dos hijos, es muy diferente. Yo ya no veo extraño
tener más hijos con mi edad.
-¡Pero con la mía sí!
Esto es de locos…en realidad, pienso que sólo quieres tener un hijo
inmediatamente para subir tus puntos de popularidad entre la población para que
te voten, ¿me equivoco? – dijo Charlotte ya histérica y enfadada.
-Tú quieres que gane las
elecciones, ¿no? Quieres ser la Primera Dama, ¿verdad? Además, tener un bebé no
supondrá gran esfuerzo por tu parte. Tenemos grandes asistentas que pueden
cuidar de él, aunque podríamos contratar a una niñera interna que pudiera estar
día y noche con el bebé.
-¿Has perdido el juicio?
Fíjate que yo no soy muy de críos, pero sé que un hijo no debe dejarse así como
así a una criada, una madre y un padre son quienes deben cuidarlo y criarlo.
-Charlotte, estás
acabando con mi paciencia. Vamos a tener un hijo te guste o no, necesitamos
tenerlo.
-¿Tan miserable es tu
vida conmigo que necesitas, apenas un mes y medio después de casarte, tener
otro entretenimiento? – dijo Charlotte disgustada.
-Tú sabes que yo estoy
enamorado de ti, me divorcié por ti y ahora debes cumplir conmigo.
-Está bien, veo que tienes
unas ganas inmensas, asíque vamos a ello – decidió Charlotte.
Paul sonrió, fue hacia
su nueva mujer, la besó, desnudó y la llevó a la cama donde se acostó con ella.
Charlotte se sintió aquella noche como una chica de calle, puesto que no quería acostarse con su marido porque ella no
quería tener ningún hijo con él. Ella había adorado mucho a Paul, y aún seguía
adorándolo, pero ya sólo era a ratos, porque muchas veces parecía otra persona,
y no quería que esa persona fuera el padre de su bebé.
Gracias a Dios,
Charlotte ya sabía que Paul ansiaba tener otro hijo, y tarde o temprano iba a
obligarla a ello, asíque fue a la consulta de un médico privado sin el
conocimiento de su marido y consiguió que le recetaran unas pastillas
anticonceptivas que llevaba tomando tres semanas.
El día del cumpleaños de
Charlotte, 31 de Mayo, fuimos todos a casa de Paul, donde le había preparado una
fiesta de lo más formal, ya que Paul invitaría a muchas personas importantes, incluído
el jefe de la policía de Nueva York, el alcalde, varios senadores y congresistas,
familias adineradas y estrellas famosas de la música y el cine.
Charlotte estaba muy elegante
con un vestido raso de color burdeos, hacía juego con unas joyas granate que supuse,
Paul se las había regalado.
-¡Qué bien que hayáis venido
todos! Sin duda hubiera muerto del aburrimiento en mi propia fiesta – dijo Charlotte
acercándose apresuradamente.
-No nos lo perderíamos por
nada – dije sonriendo.
-Hemos dejado a Aubree con
Marie, asique somos todo tuyos – comentó Mike con una sonrisa.
-¿Por qué te habrías muerto
del aburrimiento? – preguntó Eric.
-¿Es no ves a tu alrededor?
Todos tienen más de cuarenta años, están casados o prometidos, tienen un trabajo
importante relacionado con la política, el estado y demás, salvo unos actores y
músicos que acabo de conocer – comentó Charlotte - ¿y escuchas esa música como de
ópera? ¿En serio, quién querría este cumpleaños? ¿Comprendes por qué digo lo de
morirme de aburrimiento o no?
-Sí, ahora ha quedado claro
– dijo Eric.
-Pero bueno, ahora que habéis
llegado todo será mejor.
-Parece que se más el cumpleaños
de Paul que el tuyo – dijo Kyle.
-Sí, lo sé, pero Paul se
empeñó en que sería una buena oportunidad para que él ganara apoyo de gente importante
en su carrera a la presidencia.
-Caray, es tu cumpleaños,
¿cómo puede arruinártelo así como así? – dije un poco enfadada.
-Pues es mi marido, supongo
que…es un sacrificio por mi parte. Venga, vamos a por unas copas, que la noche se
viene muy larga con esta gente alrededor.
Charlotte nos dio una copa
a cada uno y ella cogió una botella de agua bien fresca con un canapé que cogió
de la bandeja a un camarero. Me quedé bastante asombrada que Charlotte no se dispusiera
a beber en su propio cumpleaños, y más aún habiendo dicho que su fiesta era un auténtico
tostón. Ella nos presentó a los actores y músicos que había conocido poco antes,
ya que ellos serían las personas más normales y menos aburridas de aquella fiesta.
Sean Preston, Ty Swanson, James Smith y Tina Portman eran los actores más conocidos,
nos contaron que en su haber ya poseían Óscars y Globos de oro por sus actuaciones.
Ellen Murray y Cole Slasher eran los cantantes más famosos que allí había, y también
nos contaron sus premios Grammy que habían ganado.
Allison pronto congenió bastante
con Cole, que ya éste no paraba de cantarle estrofas de sus canciones y esto la
enamoraba.
Kyle y Mike estuvieron establando
conversación con esos actores y cantantes que nos habían presentado. Eric andaba
distraído bebiendo más y más copas de champán.
Charlotte se excusó un momentó
para ir al baño, pero yo la seguí y escuché cómo vomitaba en el lavabo, ya que no
pudo llegar a tiempo al inodoro.
-Laura, no sabía que estabas
aquí.
-¿Te ocurre algo? – pregunté
preocupada.
-Llevo unos días que no me
encuentro bien, debo tener algún virus.
-Ya he visto que no has probado
ni una gota de alcohol. Creo sospechar que piensas que no es un simple virus estomacal.
-Amiga, estoy asustada –
confesó Charlotte limpiando el lavabo del vómito.
-Cuéntame qué sucede.
-Es que si lo digo será como
si fuera real y no quiero que los sea.
-Puedes confiar en mí, te
ayudaré en todo lo que esté en mi mano – le prometí.
-Bueno…ya sabes que a veces
amo a Paul y otras le odio. Pero tenemos vida de pareja normal.
-¿Qué quieres decir con vida
de pareja normal?
-Pues que dormimos juntos,
ya sabes, hacemos el amor a diario.
-Ah sí, perdona, sigue, sigue
– dije un poco avergonzada por no haberme dado cuenta.
-En fin, debería haberme
venido la menstruación hace dos semanas.
-Quieres decir qué… ¿Puede
que estés embarazada?
-Sí, eso quiero decir. Pero
es imposible – dijo Charlotte muy segura.
-¿Cómo que es imposible?
Yo creo que no. Si te has acostado con Paul puede que eso sea lo que te ocurra.
Si has hecho el amor con el sin protección…
-El caso es que si tenía
protección.
-¿Tenías? Bueno, puede haber
un margen de error, los preservativos se rompen fácilmente, hay que revisarlos después
hacer…
-No lo entiendes. Esa no
es la protección que tenía. Yo misma fui a un ginecólogo para que me recetase pastillas
anticonceptivas, fiables al 99,9%. Es imposible quedarme embarazada – dijo Charlotte
más asustada aún.